25 de enero de 2013

Martín Adán















MANO VACÍA

Poesía, mano vacía...
Poesía, mano empuñada
Por furor para con su nada
Ante atroz tesoro del día...

Poesía, la casa umbría
La defuera de mi pisada...
Poesía la aún no hallada
Casa que asaz busco en la mía...

Poesía se está defuera:
Poesía es una quimera...
¡A la vez a la voz y al dios!...
Poesía, no dice nada:

Poesía se está, callada,
escuchando su propia voz.




23 de enero de 2013

Damaris Calderón















El país

Cuando volé
me dije:
"Me voy de acá
de este lugar.
Soy mejor que todos ellos.
Soy libre".
Como las palomas
comiendo migajas
basura
cualquier cosa
sola.
Una bolsa plástica
desinflada.
Un hilo
de los genitales a las agujas
(la muerte o la madre
tejiendo tejiendo
-nudos nudillos -
un sol redondo).
Sobre la mesa,
restos:
Soy
mejor.

"Boris, se murió Rilke.
No existe más
ese lugar."
-Tsviétaieva.











Presentación de Basilia Papastamatiu
Lectura de poesía en el espacio" Aire de Luz"
Damaris Calderón y Caridad Atencio 

La Habana, 2012




Este año volvemos a tener a Damaris Calderón entre nosotros. Y esta vez nos va a leer sobre todo textos de su libro Pulsaciones de la derrota, recientemente publicado en Chile (aunque esperemos que no tardará en ser editado en Cuba) Y aunque no hace falta que repita lo que ya todos ustedes saben sobre ella, lo cierto es que se ha convertido en una poeta ahora lejana y muy añorada por nosotros. Porque nuestra admiración por sus textos no alcanzó para retenerla. Debemos reconocer que, en buena lid, otro país de esta América, Chile, la atrapó por ahora y, como veremos precisamente en sus versos actuales, su escritura se apropió y enriqueció con su cultura, su  inmensa y fascinante geografía, la milenaria sabiduría de sus pueblos originarios, su historia y su épica. Pero afortunadamente esto no le hizo  perder su naturaleza y su memoria isleñas y caribeñas, logró dentro suyo y  en su poesía una especie de simbiosis de integración de ambos escenarios, aunque este proceso incluyó inevitablemente fracturas, pérdidas, dolorosas distancias y ausencias con las que aprendió a vivir y hasta lograr reconstruir un mundo muy personal y muy rico.
Cuando Damaris nos visitó el año anterior, yo señalé que persistía en toda su escritura la presencia del drama existencial, la incertidumbre y la inestabilidad que produce la pérdida de la armonía entre el hombre y su espacio, la fragmentación de la identidad y por ende del cuerpo y de la palabra, en un mundo que parece indefectiblemente marchar hacia su propia destrucción. Y de ahí ese desgarramiento humano y lingüístico siempre presente en su poesía. Y aunque este sentido trágico de la vida continúa en su obra y sospecho que nunca la abandonará, encontramos de novedoso en sus más recientes textos, como ya dije, la introducción del paisaje geográfico  y humano del continente, con un seductor aliento épico, y con lo que su escritura da un nuevo e inusitado giro, y nos confirma el inagotable poder creativo de Damaris Calderón.





16 de enero de 2013

Lorine Niedecker

















Mi amigo árbol 
(fragmento)

Qué horror levantarse en medio de la noche
y atisbar la luz desde la penumbra.

El tiempo es una hoja en blanco
y los mosquitos muerden.

Mi vida se desperdicia en la nada.

Cuánto incomoda este pensamiento. Cómo estás tú, Nada,
sentada alrededor con la esposa de Algo.

Zumbar y consumirse
es todo cuanto he aprendido.
Porque he desperdiciado mi vida en la nada.

Embalsamada y superflua, pálida y resoplante,
levantando trastos domésticos aquí y allá
-carpetas, platos,
mesas, peceras-.

Mi vida se desperdicia en la nada.







Poeta norteamericana (1903 - 1970)


13 de enero de 2013

Joan Perucho



Las ratas


Viviendo bajo una tensión milagrosa,

trasladan la luz hasta la sombra

y la pelusa al nacimiento del pus,

como una perla o algo

increíblemente recóndito y precioso.

No habrá sueño ni aurora

en este mundo de cerrados terrores,

latas, papeles, ternura

húmeda, infección y cristales

en la espera del lodo,

de la gota que cae en los desvanes,

del polvo que irremediablemente se filtra

a través de los años y de las ventanas,

a través de la garganta afectada

de cáncer, del caballero

que, sentado en el sofá, esperaba

una simple voz familiar,

filial y emocionada.

Viven en el corazón de los absurdos

significados y esperanzas,

y se detienen inquietas,

temerosas de su fuerza oculta

y tímida, agresiva y perforadora hasta el límite,

hasta el límite de lo que es expresable.

Rumores, voces extinguidas, apagadas

canciones de Navidad, pueblan

estos solares abandonados, estas estancias.

El viento llama ligeramente a una puerta.

Algo se mueve seguro hacia la eternidad.


Traducción José Corredor-Matheos

9 de enero de 2013

Caridad Atencio


















Tres baldes de silencio
no caben en mi cuerpo
y penetran por la boca
cerrada de la mente.

Y es esclava de su sangre,
de su herida que sana lastimada.

Conteniendo un torrente con un dedo
se iguala al interior de un sentimiento fijo.

Jugando en desventaja para sobrevivir.

Como asimila golpes
un peleador,
he sacado mis raíces
de un sueño negro.









Por Basilia Papastamatíu


Siempre nos ha gustado encontrar en la poesía de Caridad Atencio un desarrollo y una transformación continua de su proceso creador. De libro en libro sus versos cambian constantemente, no se resigna esta autora a la repetición, al acomodamiento en un estilo, al aferrarse a alguna fórmula en el desencadenamiento de su lenguaje que le asegure atraer a seguros lectores, a aficionados a una manera de escribir suya en la que puedan fácilmente reconocerla y aprobarla.  Así, después de entregarnos una escritura que va de la experimentación de sus posibilidades como tal, a una pulcra poesía en prosa singularmente reflexiva, a la incorporación, en un lenguaje testimonial,  de la tenaz cripticidad  de la imagen, pasa ahora en su nuevo poemario todavía inédito, del que nos va a ofrecer un adelanto,  a una poesía que,  a la manera de la expresión plástica contemporánea, fusiona  notablemente elementos diversos pero que tienen en  común  la percepción del origen, el desgarramiento de la creación, del nacimiento de un cuerpo de otro cuerpo y la enigmática y dramática naturaleza que los sostiene y relaciona, los vasos comunicantes, la violencia esencial de una germinación eterna y efímera a la vez  y que constituye simultáneamente una celebración y una agonía de la existencia.


Leyla Leyva






















CABEZA CROMO


Sobre la cabeza amarillo naranja de ella,
su piel,
su elevado vientre blanco,
adivino el absurdo y la coronación
del evento:
una gota de aceite atraviesa
vestido y femoral.


Querer que todo pase,
que apenas suceda.

Herir
órgano,
nervio,
célula.


El cuerpo silente.