6 de mayo de 2007

Rito Ramón Aroche
















(Ver entradas anteriores)



DESVELO SUCEDÁNEO



Taladrar la sangre. Con ritmo taladrar la sangre.
Sin ritmo.





DIAGONALES



Un árbol es un equívoco en tanto un pájaro
su sorpresa.

El árbol -o la linea del árbol. Su textura.






(de "El libro de los colegios reales" 2005)







POEMAS

(Del libro inédito Una vida Magenta)



Lejos —de yo apuntar con esas (mis) dos mil palabras,
de tono y trazo sentenciosos... «tendenciosos» según esa
manera tuya de contradecirme, y de expresarte el-otro-día
tumbada en la sala de bain y-al-otro-día con ese paño que
tú o alguien llama (llamaba según tú, y entonces) «un pa-
ño koljosiano» tumbada aviesamente aviesa sobre esas (mis)
dos mil palabras, se habría notado, afuera, seguramente un
viento muy terroso, un poco antes, de caediza el agua, la
oscuridad del agua, el cielo, un poco antes, caedizo.











Mirar si entro a la pared de fondo: una vez cada quince
días — al menos. En Los Umbrales.

Barría en la mañana el patio muy terroso.

«Tus libros encuentro siempre en librerías húmedas»

En días tales— nunca miro a sus ojos: directamente a los
ojos ni a sus labios.

Veo inclinarse al almácigo (¿otro?) en Los Umbrales.

«Aquí debajo [señala] siento un escozor espléndido y profano»«Un escozor espléndido» me dice. Extrañamente señala.


















Ojalá que más nunca. «Sería metanga». Una tarde, después de rociarnos de tal líquido (y tal brillo) aducían:

«No merece que mientas».

Y al golpe de la puerta escucho (al menos hoy) el golpe de otro puño seco.

«Ya lo hice, y lo dije, una vez: no siento efectos».

Nada aquí es un continuum. Nos declararon pérfidos por esa tarde, en Obra-PíaEn la calle de La Obra-Pía. ¿Los muros carcomidos, las paredes? Hay madera de antaño y piedra, ante la piedra —esperan. Una tarde.




NOTA BENE: La parola Metanga non ce traducione

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