28 de abril de 2011

Eugenio Montale





















                      
           SATURA
                  I


EN EL ESCAPARATE


Las aves de malagüero
búhos,lechuzas viven solamente
en casbas desnutridas, o embalsamadas
en las vitrinas de los misántropos. Ahora
pudiera suceder también que la golondrina
nidifique en un tubo y un imprudente
muera por asfixia. Es un incidente
raro y no cambia el cuadro.



 

25 de abril de 2011

Edoardo Sanguineti














Un poema de  Stracciafoglio 



4

he comenzado aquel cuaderno tuyo chino, para terminar (y para empezar) el año
trabajando: ( una superstición, en el fondo, me conoces): (pues, todo esto corresponde
a viejos mitos y ritos, muy míos): y me hago mi pequeña Gran Fiesta, para mí:
(pero aquella que Benjamin, a propósito, no calculaba, es el “aura” tecnológica): (existe
toda una distancia técnica, precisamente, que reproduce, en reproducción, el tabú): (pero,
de esto, en otra ocasión):
                                         he llenado ya alguna que otra página de apuntes, con notas
muy desordenadas, todavía: (que se refieren, en parte, al capitulo inaugural, y
en parte a la estructura general): (adelantos, de todos modos, no te los quiero dar:
verás todo, es mejor, al final, de golpe):
                                                             he recomenzado muchas veces mi
comienzo: hay una escena donde un yo (o un él, todavía no sé, e importa poco)
escapa de una casa: (la llamaré la Casa de las Tres Chicas, eso es, pienso):
(hay todo un clima de media opereta, es un hecho, en apertura): aun si aquellas tres
chicas, verdaderamente, son dos chicas con un chico de más, gigantesco y travestido: habrá
un “habit d´ Arménien”, esa, supongo, como la Clarice de Aventures de***
cuando corre detrás de Clorante, tomo I (“je vais la suivre à mon tour”): (me lo leo
apunto enseguida, ves): (en ciertos momentos, pienso: desde el momento en que me fui, y ya,
podré escribirte así, desde aquí hasta la eternidad): ( que es una ilusión, naturalmente): (y
me detengo rápido, en efecto, aquí):
                                                        (pero es Las palabras Cruzadas, olvidaba, el título, por ahora):



Traducción: Dolores Labarcena y Pedro Marqués de Armas

14 de abril de 2011

Guillermo Cabrera Infante




















Fragmentos de:
VISTA DEL AMANECER EN EL TRÓPICO





EL VIEJO MAYOR GENERAL entró en la capital con una mano en cabestrillo, la derecha, dislocada o, como diría un presidente en el futuro, "enferma de popularidad" —tantas veces había tenido que darla a las multitudes que se agolpaban a su paso. La entrada en la capital fue una apoteosis y el viejo mayor general no salía de su asombro, comentando: "Caramba, si hubiéramos llegado a tener tanta tropa como admiradores habríamos acabado con los españoles a sombrerazos", y añadía: "A sombrerazos, ¡caray!"



...



HUBO UNA REVUELTA DE SOLDADOS NEGROS, dirigida por un político negro y un veterano de la guerra de independencia también negro. Fue una revuelta menor, pero no tan menor como para que no la recogieran los libros de historia. Todavía se habla de ella a sotto voce. Lo cierto es que los cabecillas fueron agarrados y fusilados en el acto. En la breve guerra habían muerto más de tres mil personas, todas ellas, como dice un historiador, "de la raza de color".



...



CAVARON UN TÚNEL por debajo de la calle partiendo de la casita hasta el cementerio. Siguieron cavando hasta el mausoleo porque era un mausoleo más que una tumba privada, abriéndose paso por entre las osamentas y los ataúdes podridos. Cavaron incesantemente para llegar hasta el mausoleo privado antes del entierro. Siguieron cavando entre el fango y la carroña y dicen que uno de los zapadores perdió la razón. Siguieron cavando hasta después del atentado, y el mismo día que debía tener lugar el entierro del muerto grande colocaron las minas de dinamita y extendieron los alambres a lo largo del túnel y hasta la casa. Estaban ya listos a la hora del entierro pero el entierro no tuvo lugar y todo el atentado, el túnel, la dinamita salió sobrando porque la familia del muerto grande decidió enterrarlo en su ciudad natal y no en el mausoleo familiar. Pudieron recobrar la dinamita, pero era imposible rellenar el túnel así que dejaron las instalaciones, los alambres, que fueron descubiertos por un enterrador pocos días más tarde, mientras cavaba una tumba.

León de Greiff















Medellín, 22 de julio de 1895 - Bogotá, 11 de julio de 1976. Uno de los poetas más grandes de la lengua española.





Canción de Sergio Stepansky


A Hernando De La Calle


En el recodo de todo camino
la vida me depare el bravo amor:
y un vaso de aguardiente, ajenjo o vino,
de arak o vodka o kirsch, o de ginebra;
un verso libre -audaz como el azor-,
una canción, un perfume calino,
un grifo, un gerifalte un búho, una culebra...

(y el bravo amor, el bravo amor, el bravo amor!)

En el recodo de cada calleja
la vida me depare el raro albur:
-con el tabardo roto, con la cachimba vieja
y el chambergo agorero y el buido reojo,
vagar so la alta noche de enlutecido azur:
murciélago macabro, sortílega corneja,
ambular, divagar, discurrir al ritmo del antojo...

(y el raro albur, el raro albur, el raro albur!)

En el recodo de todo sendero
la vida me depare a ésa mujer:
y un horizonte para mi sed de aventurero,
una música honda para surcar sus ondas,
un corto día, un lento amanecer,
un lastrado silencio hosco y austero,
la soledad, de pupilas redondas...

(y ésa mujer, ésa mujer, ésa mujer!)

En el recodo de cada vereda
la vida me depare el ebrio azar:
absorto ante el miraje que en mis ojos se enreda
vibre yo -Prometeo de mi tontura pávida-;
ante mis ojos fulvos, fulja el cobre del mar:
su canto, en mis oídos mi grito acallar pueda!
y exalte mi delirio su furia fría y ávida...

(el ebrio azar, el ebrio azar el ebrio azar!)

Y en el recodo de todo camino
la vida me depare “un bel morir":
despéineme un balazo del pecho el vello fino,
destríce un tajo acerbo mi sien osada y frágil:
-de mi cansancio el terco ir y venir:
la fábrica de ensueños -tesoro de Aladino-,
mi vida turbia y tarda, mi ilusión tensa y ágil...-

(un bel morir, un bel morir, un bel morir!)





...




Balada del mar no visto, ritmada en versos diversos


A Gregorio Castañeda Aragón


No he visto el mar.

Mis ojos
-vigías horadantes, fantásticas luciérnagas;
mis ojos avizores entre la noche; dueños
de la estrellada comba;
de los astrales mundos;
mis ojos errabundos
familiares del hórrido vértigo del abismo;
mis ojos acerados de viking, oteantes;
mis ojos vagabundos
no han visto el mar...

La cántiga ondulosa de su trémula curva
no ha mecido mis sueños;
ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre;
ni aturdió mi retina con el rútilo azogue
que rueda por su dorso...
Sus resonantes trombas,
sus silencios, yo nunca pude oír...:
sus cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos;
ni su mutismo impávido cuando argentos y oros
de los soles y lunas, como perennes lloros
diluyen sus riquezas por el glauco zafir...!

Ni aspiré su perfume!

Yo sé de los aromas
de amadas cabelleras...
Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos
y frágiles y tibios;
de senos donde esconden sus hálitos las pomas
preferidas de Venus!
Yo aspiré las redomas
donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos;
las zábilas y mirras del mago Zoroastro...
Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar.

Mis labios sitibundos
no en sus odres la sed
apagaron:
no en sus odres acerbos
mitigaron la sed...
Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos,
labios cogitabundos
que amargaron los ayes y gestos iracundos
y que unos labios -vírgenes- captaron en su red!

Hermano de las nubes
yo soy.
Hermano de las nubes,
de las errantes nubes, de las ilusas del espacio:
vagarosos navíos
que empujan acres soplos anónimos y fríos,
que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos!
Viajero de las noches
yo soy.

Viajero de las noches embriagadoras; nauta
de sus golfos ilímites,
de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
-vacíos de infinito..., vacíos... -Dócil nauta
yo soy,
y mis soñares derrotados navios...
Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
de piratas... ¡el mar! Mis ojos vagabundos
-viajeros insaciados- conocen cielos, mundos,
conocen noches hondas, ingraves y serenas,
conocen noches trágicas,
ensueños deliciosos,
sueños inverecundos...
Saben de penas únicas,
de goces y de llantos,
de mitos y de ciencia,
del odio y la clemencia,
del dolor
y el amar...!

Mis ojos vagabundos,
mis ojos infecundos...:
no han visto el mar mis ojos,
no he visto el mar!