26 de junio de 2012

María Luisa Milanés (1893-1919)


















Hago como Spártaco


Ya decidí, me voy, rompo los lazos
que me unen a la vida y a sus penas.
Hago como Spártaco;
me yergo destrozando las cadenas
que mi exisitir tenían entristecido,
miro al mañana y al ayer y clamo:
¡Para mayores cosas he nacido
que para ser esclava y tener amo!

El mundo es amo vil; enloda, ultraja,
apresa, embota, empequeñece, baja
todo nivel moral; su hipocresía
hace rastrera el alma más bravia.
¡Y ante el cieno y la baba, ante las penas
rompo, como Spártaco, mis cadenas!


Jam noli tardare


Ven hacia mí, no tardes, dulce dueña
de la región bendita con que sueña
el cansancio profundo que me abruma.

Fuerzas no tengo ya para llamarte.
Ven hacia mí; cansada de esperarte,
¡oye la voz de mi impaciencia suma!

¿Qué esperas ya? me impulsas a buscarte
en el silencio eterno que te envidio
y a cada rato vienen a anunciarte
las mariposas negras del suicidio!

No tardes más, no venga un nuevo ensueño
a turbar nuestro amor y nuestra unión,
quiero que duerma su tranquilo sueño,
sin despertar, el pobre corazón...

25 de junio de 2012

Vladimír Holan

















Junto a la fuente, junto al estanque

Toda mujer hermosa es cruel
y humilla sin parecerlo precisamente a los hombres que,
     desnudos,
arden por beber de la roca misma.

Pero es la muerte quien se les acerca, familiar,
se diría un gorrión de estación de ferrocarril,
en el momento en que ellos, junto al andén, sacan el pan
     de su envoltorio...

Voy a tener un hijo, dijo la muerte.




EUROPA

Todas las prisiones del mundo estan construidas con las piedras
que cayeron sobre Jerusalen.

Y las manos de los ricos continuan haciendolo,
asi que no pueden dar ni la menor limosna.

Crece, pues, una carcel tras otra
y casi todos estamos presos en ellas

y perecemos en ellas como si Dios mismo deseara
estar en nosotros tan sólo sin nosotros...





Non cum platone

Él: su belleza destruye mi amor,
ya que al destruir la ilusión destruye la realidad.
            
Ella: su amor destruye mi belleza,
pues si tengo máscara quiero también telón.
            
Grávido amanecer... Pueblo
donde se han comido todos los gallos. 



19 de junio de 2012

Néstor Perlongher





















Defensa de los homosexuales de Tenochtitlan y Tlatlexlolco


Mientras
los homosexuales se acarician en los baños
viejas arpías hilan largos largos echarpes
en lo alto de las ciudades
coloquian en torno a grandes lavarropas azules
sobre la representación de las tragedias griegas y los principios de la catarsis
mientras que sus maridos los aztecas
cazan en sus oficinas para los sacrificios de la cena
los canarios duermen la siesta de los gusanos.
Cuando
les sea concedido el derecho a la caricia – qué cosas éstas –
saldrán de sus baños subterráneos con humeantes tazas de té entre las manos
en donde proyecten celestes espacios aires istamdos de sofocantes islas tropicales
pobladas de dulces nativos cimarrones devastados tímidos por el inexplicable ataque de los cañones
ingleses, inexplicable!
rostros
en donde la solitaria humedad de los caracoles socialmente oprimidos
ha cultivado tristes flores de afeite
y labrado el sudor desfiladeros de baba en torno a sus pupilas
lluviosas como la conmoción del mar en los acantilados de Escocia
tal vez
-como quien desconoce el placer de los besos en los parques soleados-
quizás
-como quien desconoce el placer de los besos en los parques soleados-
contemplan ásperamente desde sus colchones fermentados de ácidas rancísimas emanaciones
con la indiferencia de las viejas perras sorprendidas en los zaguanes
acostumbradas como están a ver morir a sus hijos ahogados en las ollas de guisado
donde las mujeres de los aztecas resuelven los sacrificios de la cena.
Es demasiado tiempo
porque las Plazas de Toros están repletas
si descubrieran a un marica lo mandarían a las cuadras
donde los grandes campeones no pueden entender –qué cosas éstas-
la proyección de celestes espacios aires istmados de sofocantes islas tropicales
pobladas de dulces nativos cimarrones devastados tímidos por el inexplicable ataque de los cañones
ingleses, inexplicable!
como la proliferación de las agencias matrimoniales y los hoteles alojamiento protegidos por el
Estado
cuyos policías recorren las cerraduras en busca de víctimas expiatorias para los templos
del brazo de sus amantes las princesas rusas
mientras
los homosexuales se acarician en los baños
tienden sus cálidas manos hacia los villancicos de amor de las campiñas sus gordos ojos
sueñan sueñan las islas
bellas extrañas islas inexistentes subjuntivas donde se mimetizan con los plumajes exóticos de
grandes aves lujuriosas injustamente perseguidas
que abandonan durante la noche los zoológicos sitiados las fortalezas
las ciudades sitiadas que defienden los aztecas.





11 de junio de 2012

Czesław Miłosz





















Una vida feliz

Su antigua edad cayó en años de abundante cosecha.
No había terremotos, sequías o inundaciones.
Parecía como si el cambio de las estaciones ganara en constancia,
Las estrellas crecían vigorosas y el sol aumentaba su poder.
Aún en remotas providencias no se agitaba la guerra.
Las generaciones crecían amistosas hacia el prójimo.
La naturaleza racional del hombre no era un motivo de irrisión.

Era amargo decir adiós a la tierra renovada.
Estaba envidioso y avergonzado de su duda,
Contento de que su lacerada memoria desaparecería con él

Dos días después de su muerte un huracán arrasó las costas.
Humo vino de los volcanes inactivos por un centenar años.
La lava se extendió por los bosques, viñedos y poblados.
Y la guerra comenzó con una batalla en las islas.




Versión de Rafael Díaz Borbón








Stephen Spender






















ULTIMA RATIO REGUM


Las armas escriben la razón definitiva del dinero
en letras de plomo sobre la falda del monte en primavera.
Pero el muchacho que yace muerto bajo los olivos
era demasiado joven y tonto
para que lo considerara notable su importante mirada.
Mejor blanco era para un beso.

En vida, las altas sirenas de la fábrica nunca lo llamaron.
Ni giraron las puertas de vidrio del restaurante para recibirlo.
Su nombre nunca apareció en la prensa.
El mundo mantuvo su tradicional muro
en torno a los muertos con su oro hasta el fondo hundido también,
mientras su vida, intangible cual rumor de Bolsa, partía a la deriva.

Oh, con qué suavidad tiró su gorra
un día que la brisa tiraba pétalos de los árboles.
Del muro que no florece brotaron armas,
la furia de ametralladora segó en seguida las hierbas;
banderas y hojas cayeron de manos y ramas;
la gorra de mezclilla destrozada entre las ortigas.

Piensa en su vida sin valor
por lo que se refiere a empleo, registros, archivos periodísticos.
Piensa. Una bala de cada diez mil mata a un hombre.
Pregunta.  ¿Estaba justificado semejante gasto
en la muerte de alguien tan joven y tan tonto
tendido bajo los olivos, oh, mundo, oh, muerte?






Jorge Osorio





















Cuba, 1969.



Cogito

Se amolda el agua.
Luego de ser precipitada,
sumida,
¿llegaría a la fuente siempre pura?
Como un modo del mundo queda.

Ella  en un estado equis de la evolución.
(mirarla con sed para acentuar su clase,
su ductibilidad).
Ahora mismo - el vaso - ese universo,
una definición plausible:
el agua en el origen,
su morfología, su trascendencia.
El vaso está vacío.
No logra colmar su ritualidad,
su connotación.
Fuera o dentro del vaso el agua es una Cifra.





2 de junio de 2012

José Ángel Cilleruelo

















BALADA DE CONEY  ISLAND

Cuando cae la tarde
y los bañistas abandonan
el lugar tras un sábado de playa,
vestidos sólo a medias y la toalla al hombro,
las gaviotas, en grandes grupos,
se reparten la arena, imitando quizá
a quienes ya se aprietan
sobre los andenes, camino
de la ciudad.
                    Desde un bidón así,
como éste al que ahora me encaramo,
contemplé las gaviotas
el día en que cumplí los diecisiete.
No lo recuerdo por casualidad.
Era domingo y todos habían ido al baile
menos yo, que acunaba mi primer desengaño.
Las vi llegar
y mezclarse con los bañistas últimos.
Pensé que desde ese momento ellas
iban a convertirse
en un símbolo propio del amor.
Admiré su plumaje blanco y puro,
la soberbia quietud y elegancia del vuelo,
y encontré reflejadas sobre el gris de sus alas
las cenizas de un día calcinado.
También tuve, sentado en el bidón,
una esperanza súbita: los grises
eran más suaves que las puntas negras
de donde procedían. Luego escribí:
«Vuelo de las gaviotas:
negro, gris, blanco: puente hacia lo puro».
En eso pienso ahora mientras veo
cómo rebuscan con el pico
entre la arena y cubos de basura
restos que tragan con innoble prisa:
lonchas de mortadela en bocadillos
mal mordidos, filetes rebozados,
muslos asados en los puestos de la calle
que los niños esconden tras morder la crujiente
grasilla de la piel.
                          Qué pajarracos
carnívoros, rastreros y farsantes
fueron un día el símbolo más puro del amor.
Amor...
(alguien asoma tras las dunas,
medio desnudo, las insulta y lanza
latas a su intrusismo tan malsano
y obsceno) las gaviotas lo recuerdan
siempre
cuando cae la tarde.





Frank Castell























VERDADES DE LA VIDA NÁUFRAGA

Cada sueño tiene algo de Fénix.
Renace para abrir heridas
o silogismos
o zonas muertas.
Cada verdad tiene su precio,
su viaje sin milagros.
Cada dolor tiene su música.




TARDES PARALELAS

La bala que mató a mi amigo
dejó la tarde huérfana
y un manantial frenético
en cada noche.

El auto que mató a mi perro,
abrió una zanja ante los ojos de mi barrio.
Rompió la inercia y los pregones,
los gritos de una tarde simple.
Fue un raro espectáculo,
una clara señal de Dios.


Rafael Pérez Estrada

















NATURALEZA DE LA NUBE


Para el asceta jansenista Milton Worner, las nubes están ahí esperando el día del juicio terrible. Ellas, liberadas entonces de su servidumbre por el Reino de la Palabra, servirán de soporte a la ascensión de los justos y condenarán los azules de un cielo ya inútil al silencio final.
Al parecer, el poeta italiano Paulo Strozzi, en su juventud, hacía durar el tiempo del amor tanto como tardaba una nube amiga en cruzar el marco visual de su ventana.
En el Museo de lo Milagroso y lo Curioso de Évora, se exhibe, junto a la momia apergaminada y lisa de un infante de Lancaster, un tarro de vidrio que guarda prisionera la rareza de una nube diminuta. Advierte el conservador del Museo que esta pequeña nube llueve desconsoladamente todas las primaveras.






Almelio Calderón Fornaris























DIALÉCTICA

Los que quieran saber la historia
que sepan la historia.
Los que quieran aprender a saltar
que aprendan de saltos.
Los que quieran decir que su corazón
es de arena que lo digan.
Los que quieran decir como Anaximandro
que el hombre nació de un pez
       cuidado con los pescadores -.





BALNEARIOS

La balanza cree en su templo aunque esté despoblada de promesas. Sólo el azar de sus llamas hace de los signos puertas que son atlas hacía la sabiduría. La paciencia se desliza como archipiélago que devora el tiempo.

¿Qué alas hay para otro vuelo, para otra marea?. Las alas quieren alejarse de la finitud del hombre. Escucho como caen los dioses en estos balnearios donde la ola es una hebra más del muro.




LAS GEORGICAS Y OTROS SOPLOS
A Pedro Luis Marqués de Armas


Con vehemencia avanzo por la jungla de un espejo.
No hay rostros.
Edipo no se reconoce.
Toda verdad se dispersa.

El silencio de esta agonía lo borra todo
como un mar oteando la cruz que fue besada
en la letanía de la noche.

He sido la sombra del templo
el bautismo de un cuerpo buscando ese cortejo
como la almendra en la espera de la primer mordida.
La inmortalidad es una memoria oscura.

Conozco un alto manicomio un muro atado ya maduro
entre las dianas de mi alma
la sabiduría de los búhos invade la ciudad
con la sencillez de una mutación
intangibles son estos hombres
que alzan o sueltan el vuelo de la bóveda.
El recuerdo se hunde en la arena como el sol.
A hurtadillas puedo conquistar mi centro.

Iré a Troya para desmentir su sombra.
Sólo la existencia muestra sus laberintos girando en la garganta.

En un baúl yo guardo
el ocaso de los barcos que ya no pasan.
Las rajaduras de los árboles.
Otro Virgilio sin mares.
Otra Eneida sin laderas.
Un fuego que son los dioses.
Fragmentos de mi Roma
y algunas pocas hojas de laurel en la memoria.




LAS MUTACIONES

Como dios de címbalos es el alma.
Como árbol que nos da un fruto es el alma.

La quietud se lanza contra el ojo.
Haz el ojo el límite de las alas.
Haz de las alas un ciclón donde comience
La solemnidad de un niño.

El destino que se deslice entre las líneas de las manos.

Sólo quedará una inocencia entre tantos gladiadores.