6 de abril de 2007

Ismael Gonzalez Castañer

De Mercados verdaderos (Unión, 1998. Premio David 1997 y Premio de la Crítica)
Vacaciones en el mundo
living in a world like this/ one


En un mundo como aquí
tengo vacaciones en el mundo
Nada más que existen las verdades en el mundo,

nunca comentarios

y eso que estuvimos dando frutas
—bastante y variedad—
para mejorar al órgano enfermo Hígado
cuando era justamente lo contrario /
aunque no estoy seguro.
Vacaciones en el mundo / Yo era un gordo
y ahora es comprobado
que delgado va mucho mejor.

Estuvimos confundidos en el mundo
existiendo más de un engrasador muy bueno
—las bolitas resistentes de la caja
para que no haya rozamiento tan devastador
y así los aparatos / aparatos del mundo
tengan recorrido tanto.

Aquí viviendo, donde hay prados...
y la hembra sólo quiere producir
y divertirse
a su modo antiguo. La seguimos /
Hoy presenta un Modelage
¡Vamos pronto al Modelage nuevo
y nada circunspectos.













El Resumen de los Institutos de la Guerra.
El Retorno.

Mira como viajo y doy vueltas por la ciudad
en la noche del día de regreso;
levantado como un sol
o como una luna muerta, según se mire.

No veo nada porque no es verdad, viajo solamente.
Podría llegar hasta la casa de un amigo;
pero a esta hora me diría,
sin ánimos de echarme:
“¿No se te ocurre que mañana puedo ir a trabajar?”

Yo no escribí cartas y seguro yo recibiría muchas de estas.
Soy un tipo triste; ahí, en su onda.
Me he convertido.
Un héroe es el que va más allá
del lugar que le indica su padre.
No tengo uno, sino más o menos tres
que me han dicho:
“No vayas por la periferia, ve por la ciudadela furtiva /
Nunca entres a la ciudadela acechante, cruza por la periferia.”
Yo voy por las luces, decido al fin, cuando ya me he convertido.

Viajo y percibo los cinco restos de la noche.
No los veo, los percibo. (Deben serlo: un gato, una mujer,
una piedra, la misma noche y la media / mitad luna)
y persigo el olor de una flor que se abre nocturna:
—¿Amapola de noche / Amapola nocturna? —preguntan
—Debe serlo, porque entro al jardín y chapoteo.














El trabajo de Funk

Mi trabajo se pierde
como el trabajo de Funk,
Christian Funk, de Hamburgo, Alemania.

Yo no quisiera, como no quiere ya un hombre
que se le caiga un vaso, o le digan Llorar /
Llorar, porque ya ha muerto Tan’
–nuestra amiga cordial
e ingenua, no obstante, no exenta
de nunas belleza.

Christian Funk, de Hamburgo, produce mensualmente
entre 25–30 esculturas labradas en el más puro
y transparente hielo. Claro que sus obras se derriten...
pero como son expuestas en cabarets y en ocasiones
nocturnas por pocas horas, lo único que se pierde
es el trabajo de Funk.
–Exacto –dijo Ofeliam–; el dulce trabajo
de la juventud.




El de las Amigas

Yo tengo unas amigas, que entre verdad y mentira
Se disputan mi amor o la amistad, que es el viento.
Llegan
y pudiera yo muy bien discriminarlas,
porque me discrimino yo, que me hago zanjas,
porque soy un hombre negro...
y ya saben que los hombres negros
siempre andamos algo tensos / muy cansados.
La vida a mí me ha preguntado más
y me ha dejado mucho más del viento,
que es estéril, recatado, indiscreto,
y sobre todo un vencedor / un perdedor.
Un hombre negro no halla el árbol
si no va corriendo en la noche.

Claro, a mis amigas
generalmente yo las ensalzo
cuando llegan / cuando llegan y después cuando se van,
pues son como mis alter egos: bellas, brillantes, terco...
con una rara continuidad de la muerte
y los cuestionamientos.
Las amo, Dios, tú no sabes cuánto.
Ayer mismo no estaban aquí
y yo no hallaba el árbol / tallo.
Decía, entre las costras del Museo, Oh Viento:
¿qué es el Mal / qué lo es?
Todo es normal o es de Enero;
el viento gira entre las copas,
y la rosa, girando, lo ha deshecho.






Ella deseó mi suerte y me dijo mucho cuídate

Mi mujer necesita estar junto al que está con el dinero,
y yo, morir por la naturaleza de las cosas.
Adiós, malandra: ya te amaba.

Todo lo que he hecho es caminar
y ver los números impares a este lado
y a los pares de este otro...
y pienso aún que nadie podrá amarla / volver.

Voy, iré a dormirme a mi ventana. Sepan que de esto,
yo no estoy muy bien apercibido: le debieron indicar
“Aférrate/ al amor el amor ese amor”,
y a mí debieron ofrecerme el foro, no
“Conquístalo.

Adiós, malta; adiós pequeñas cosas
que uno le armaría con sus manos
antes de las 8cho.
Adiós, venturi —aparato para modelar.

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