6 de mayo de 2007

Caridad Atencio
















(ver entradas anteriores)

Sobre la generación de los 90 en Cuba






NUBES DENTRO


La isla ya estaba en la respiración. Esto ya lo dijo alguien. Siempre pienso en cómo se articulan las diversas aristas: físicas, metafísicas, contextuales. Pienso en la tiranía del sitio, ése, sobre el que nos levantamos y a la vez no nos deja crecer. Así arranque y contención nos desubican en el sueño.
En alguna parte dije, y referido a otro poeta, sesión que no me libra, que se perciben vallas en el entramado social donde la filosofía popular es igual al juicio, el juicio a la costumbre, la costumbre a la aspiración y esta se limita al submundo económico. El escritor siempre describe un orden y propone otro, o los presenta en lucha allí donde se confunden sistemas y ambigüedades. La multidimensión, la vida ubicua te van cercando.
De la relación con el lenguaje ya he tratado en un libro, donde reclamo la condición de núcleo del entramado literario, cualquiera que fuese su dimensión: “El estallido y su nulidad en la pregunta. El estallido y su nulidad / tergiversación / en la respuesta”. Así “Un libro – para mí, hecho por mi – es el viaje de la conciencia por un estado. Fibra que se deshila o hilo que se desfibra. O sustantivas adjetivaciones. Cripta con vista al cielo: la reducción y abuso de la foto.”
La poesía esconde la mitad que quiere entregar. En ese forcejeo se autoasombra y comienza de nuevo el viaje, el estallido. Presuponer un tejido, un entramado precedido de, en cierta forma, movibles cuestionamientos es, a lo menos, un esfuerzo imposible. Como dejamos nuestra huella perdida en cada tránsito, en todo lo que hemos escrito se divisan estas líneas y sus atenuantes. Con preguntar ya se han organizado las respuestas.

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