Tadeusz Różewicz
La espina
no creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos
no creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida
no creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía
no creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo
no creo
en sus templos
en sus curas en sus signos
no creo
al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia en el aire
dentro del resplandor
de la anunciación
leo sus parábolas
rectas como la espiga del trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír
pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia
pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte
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