22 de octubre de 2011

Tomas Transtromer






















POSTLUDIO



Me arrastro como un garfio sobre el fondo del mundo.

Se engancha todo lo que no necesito.

Cansada indignación, resignación ardiente.

Los verdugos traen piedras, Dios escribe en la arena.



Silenciosas estancias.

los muebles, listos para volar en el claro de luna.

Avanzo silencioso hacia mis adentros

a través de un bosque de vacías armaduras.





EN LA EUROPA PROFUNDA



Yo, casco oscuro que flota  entre dos puertas de exclusas,

descanso en la cama del hotel, mientras alrededor despierta la ciudad.

La alarma silenciosa y la luz gris penetran

y me suben lentamente hasta el próximo nivel: la mañana.



Horizonte escuchado. Algo quieren decir los muertos.

Fuman, pero no comen. No respiran, pero les queda voz.

Voy a apurarme por las calles como uno de ellos.

La catedral ennegrecida, pesada como una luna, hace flujo y reflujo.





CAE NIEVE



Los entierros llegan

más y más apretados

como los carteles de autopista

cuando nos acercamos a una ciudad.



Miles de personas miran

hacia el país de las sombras largas.



Un puente es construido

lentamente,

derecho hacia  el espacio.



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