Charles Simic
El espectador ideal que vive sólo para el arte, las manos cruzadas a la espalda. Una tela en blanco titulada con propiedad "En blanco", frente a él. Son exactamente las once de la mañana en el museo provincial. Se pueden oír los rumores de la tripa del guarda unifor-mado, que tiene cara de alguien ahogado a la luz de la luna.
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