Ferreira Gullar
Mal olor
Los periódicos anuncian que el prefecto
va acabar con el mal olor en Olaria.
Es mejor que nada: esta ciudad
está apestando mucho últimamente.
No hablo de Lagoa que, parece,
ya apesta por capricho;
ni de la playa de Leblon,
de Posto Seis:
nuestro impuesto de basura.
Hablo de un olor que todo lo penetra y se expande
por la ciudad entera hecho gas
y por más
baños que tomemos
y por más
desodorantes
que usemos
(en la boca, en la axila
en la vagina;
en la taza de inodoro
en el sector financiero
no se acaba ese olor
Traducción: Pedro Marqués de Armas
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