Damaris Calderón
El país
Cuando volé
me dije:
"Me voy de acá
de este lugar.
Soy mejor que todos ellos.
Soy libre".
Como las palomas
comiendo migajas
basura
cualquier cosa
sola.
Una bolsa plástica
desinflada.
Un hilo
de los genitales a las agujas
(la muerte o la madre
tejiendo tejiendo
-nudos nudillos -
un sol redondo).
Sobre la mesa,
restos:
Soy
mejor.
"Boris, se murió Rilke.
No existe más
ese lugar."
-Tsviétaieva.
Este año volvemos a tener a
Damaris Calderón entre nosotros. Y esta vez nos va a leer sobre todo textos de
su libro Pulsaciones de la derrota, recientemente
publicado en Chile (aunque esperemos que no tardará en ser editado en Cuba) Y
aunque no hace falta que repita lo que ya todos ustedes saben sobre ella, lo
cierto es que se ha convertido en una poeta ahora lejana y muy añorada por
nosotros. Porque nuestra admiración por sus textos no alcanzó para retenerla.
Debemos reconocer que, en buena lid, otro país de esta América, Chile, la
atrapó por ahora y, como veremos precisamente en sus versos actuales, su
escritura se apropió y enriqueció con su cultura, su inmensa y fascinante geografía, la milenaria
sabiduría de sus pueblos originarios, su historia y su épica. Pero afortunadamente
esto no le hizo perder su naturaleza y
su memoria isleñas y caribeñas, logró dentro suyo y en su poesía una especie de simbiosis de integración
de ambos escenarios, aunque este proceso incluyó inevitablemente fracturas,
pérdidas, dolorosas distancias y ausencias con las que aprendió a vivir y hasta
lograr reconstruir un mundo muy personal y muy rico.
Cuando Damaris nos visitó el año
anterior, yo señalé que persistía en toda su escritura la presencia del drama
existencial, la incertidumbre y la inestabilidad que produce la pérdida de la
armonía entre el hombre y su espacio, la fragmentación de la identidad y por
ende del cuerpo y de la palabra, en un mundo que parece indefectiblemente
marchar hacia su propia destrucción. Y de ahí ese desgarramiento humano y
lingüístico siempre presente en su poesía. Y aunque este sentido trágico de la
vida continúa en su obra y sospecho que nunca la abandonará, encontramos de
novedoso en sus más recientes textos, como ya dije, la introducción del paisaje
geográfico y humano del continente, con
un seductor aliento épico, y con lo que su escritura da un nuevo e inusitado
giro, y nos confirma el inagotable poder creativo de Damaris Calderón.
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