17 de marzo de 2013

Charles Tomlinson




















En el golfo

 

En Albergo delle Palme
podía verse un fresco
concebido para mostrar la confraternidad
de famosos artistas que habían visitado el golfo...
Byron, Shelley, Wagner, Lawrence,
todos simultáneamente ocupados, el mismo día,
en absorber la esencia del lugar,
las manos por visera, posando junto a un árbol.
Era el único buen mal cuadro de la costa
y ahora, cubierto de pintadas, pervive fuera del alcance
de futuros contempladores: siento aún su presencia
como un brazo amputado (el del artista)
mientras cruzo el vestíbulo hacia la luz ardiente:
Lawrence, Wagner, Shelley, Byron…
reunidos desde entonces en un día inmortal
a mis espaldas.



Traducción Jordi Doce

 

14 de marzo de 2013

Gertrude Stein






















DESPEDIDA


En el centro de un punto diminuto y casi desnudo

hay algo agradable que decir hacia lo cual te guía
la muñeca. La muñeca te guía.




ALIVIO ESPANTOSO



No encontraron una bolsa que se había olvidado

y no sólo se la quitaron sino que se la llevaron.
Se demostró que el lugar había quedado muy
parecido a como estaba el anterior. Algo no se
 intercambió, en modo alguno, algo quedó
 olvidado. Y el resto se dilapidó.


Tomado de
Botones tiernos (1914)




12 de marzo de 2013

Cantares de estos tiempos

















Joseph Brodsky


El hombre va a las ruinas una y otra vez,
él estuvo aquí ayer y anteayer
y regresará mañana,
las ruinas lo atraen.
Él habla:
          Poco a poco,
          poco a poco aprenderás tantas cosas, muchas,
          aprenderás a elegir en el montón de escombros
          un reloj despertador y los lomos quemados de los álbumes,
          te acostumbrarás
          a llegar por estos lados cada día,
          te acostumbrarás a saber que las ruinas existen,
          convivirás con este pensamiento.

A veces da la impresión y esto es necesario:
a veces da la impresión que lo aprendiste todo,
y hablas ahora sin esfuerzo
en la calle con un niño desconocido
y lo explicas todo. Esto también es necesario.

           El hombre regresa a las ruinas,
           cuando desea amar otra vez,
           cuando da cuerda a su despertador.

A las personas normales jamás nos pasaría por la cabeza, que uno pueda volver a casa y hallar ruinas donde estaba el hogar: No podemos imaginar que sea posible perder los brazos y las piernas en un accidente del tren o del tranvía: Nos enteramos de todo esto… ¡Gracias a Dios!… a través de penosos rumores, pero es este el porcentaje convenido de infelicidad, esta es la rosa  de las desgracias.
          
           El hombre llega a las ruinas otra vez,
           por largo tiempo escarba con un palo entre
           los mohosos cortinajes y los escombros,
           se inclina, se levanta y mira.

Alguien construye las casas, alguien las destruirá, alguien las levantará otra vez, la profusión de ciudades a todos nos infunde optimismo. El hombre de entre las ruinas alzó algo y se quedó contemplando. Seres así no tienen la costumbre de llorar. Inclusive convidados… gracias a Dios, a las casas de sus conocidos, miran las fotos de los álbumes y dicen con reproche: “En los tiempos que corren, no vale la pena guardar fotografías”

Se pueden levantar muchas edificaciones que serán destruidas igualmente y erigirlas de nuevo.

          Nada hay más terrible que las ruinas del corazón,
          nada hay más sobrecogedor que las ruinas,
          sobre las que cae la lluvia y al lado de las que pasan
          los automóviles último modelo,
          por las que deambulan como fantasmas
          personas con el corazón destrozado y niños con boinas,
          no hay nada más terrible que las ruinas
          que dejan de parecer una metáfora
          y son lo que alguna vez fueron:
          la casa.

                                                                                    1961



Traducción  Rubén Darío Flórez Arcila


Geometría



















Giorgio Caproni

                                   

                                           A Ugo Reale


Lo importante es golpear
a la espalda.
                      Así se forma un círculo
donde el seguido sigue
a su seguidor.
Donde ya no se puede decir
(figuras concomitantes
entre ellas, y equidistantes)
quién sea el perseguido
y quién el persecutor.



Traducción Pedro Marqués de Armas