1 de agosto de 2014

John Mateer

















El otoño está en todas partes


Incluso en una explosión
si se tiene la velocidad de persiana adecuada, las esquirlas de piedra
–proyectiles– se convertirán en hojas que revoloteen y decoren un viento helado.
El otoño está en todas partes. El otoño es tu piel desescamándose,
esas esquirlas que se convierten en peñascos ofrecidos al ojo
de un microscopio de electrones, que se convierten en alimento para polvo-mitas,
que se convierten en la adivinanza del Instante:
¿Cómo es que los momentos, las cosas, tienen existencia independiente?
Sí, si me hallan entre los restos desperdigados de una explosión,
las esquirlas de mis colmillos y muelas probarán mi existencia.
Dondequiera que miro las avenidas de árboles explotan a cámara lenta.






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