8 de julio de 2007

Rito Ramón Aroche

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Seguramente es eso: primero, cuando me olías el pecho todo y, bueno, todo el cuerpo. Y me olías. «Siento un olor a orégano», dices... (digo, decías). La lengua un poco incierta,recuerdo. ¿Segundo? : «Il cuore mi scopri sotterraneo» (S. Q.) leías, inmersa entre esas (mis) dos mil palabras y te quedara un tanto ahí ¿espúreo? ahí, en la lengua, no sé si exactamente pero sí un poco, de ese gusto terroso ¿la lengua tropelosa? Y no es extraño — eso. Y una rara quejumbre y un ardor, como en mis labios, un poco fragoroso.

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