9 de marzo de 2008

Friedrich Hölderlin













1770–1843. Fue un gran poeta lírico alemán. Su trabajo une a las escuelas clásicas y románticas.









SI DESDE LEJOS...




Si desde lejos, ya que estamos separados,
puedes reconocerme todavía; si el pasado,
oh compañero de mis sufrimientos,
algo bueno te preserva,

¿sabes donde te aguardará tu amiga?
¿En aquel jardín donde nos encontramos
tras el horrible y oscuro tiempo?
¿Aquí, al borde de los ríos, del mundo arcano?

¿Lo diré? Había en tu mirada un brillo,
rayo serenado, cuando, al alejarte,
de repente giraste hacia mí como con alegría,
hombre tan reservado y de sombrío aspecto.

¿Quieres saber cómo pasé las horas?
¿Cómo pude conservar serena mi alma,
sabiendo que estábamos lejos para siempre?
Te lo he de confesar: fui tuya.

¡Oh, recuerda! Me has prometido
que cada instante pasado juntos
me lo evocarías en tus cartas.
Ahora déjame también a mí
recordarte en detalle aquel pasado.

¿Era primavera? ¿O verano? El ruiseñor
unía su dulce canto al de otras aves,
no lejos de nosotros, en el soto,
los árboles nos balanceaban sus aromas.

los senderos claros, los matorrales,
volver más graciosos y dulces los jacintos,
tulipanes, claveles, violetas.

Muros y rocas tenían un verde manto
de hiedra, y la sagrada sombra era verde
en el oquedal. Allí, mañana y tarde,
nos reuníamos a charlar y mirarnos.

Entre mis brazos revivió el abandonado
muchacho que vino de los vastos llanos
y con melancolía me mostraba.
Pero en su corazón guardaba los nombres

de aquellos lugares que tan bien conocía:
todas las bellezas de mi tierra
que florecen en las costas bendecidas,
u ocultas, desde donde se divisa

también el mar y su espacio,
allá donde ningún hombre tiene morada.
Resígnate, y piensa en la que aún se satisface
con el recuerdo de días que alumbraban.

Y eran confidencias, manos estrechadas,
que nos reunían... ¡Ah, desdichado!
Aquellos fueron hermosos días,
a los que siguió un crepúsculo triste.

Sin cesar me aseguras, oh amado,
que te sientes solo en el bello mundo.
Sin embargo, no sabes...

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