10 de septiembre de 2011

Liudmila Barbón Fellové

















Buenos para algo

Los finalistas tienen su propio país
sus inventos de agua
su cultura del apogeo.
Su final es un pie en el estrado y el otro siguiendo
el inicio hijo del cálculo,
en ocasiones corceles de algún jinete.  




Por si el desayuno no va con el clima

Lo que exista debe ser devorado,
nada de migas a la aventura filosófica. 
Si está el sol, la lluvia demora,
tomo el imaginario café con leche y
sorbos de azúcar oscura.
Lo blanco está en todas partes.
Me repongo con el sol del artista,
cuelga a propósito de los girasoles que no llegan.    
Desayuno una suerte escrita 
junto al imán que es mi ventana.

 




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