13 de junio de 2014

Germán Crómlech: tres sonetos














 
Las estratagemas del coyote

Con cuchillo y tenedor se persona
mas presa que cautiva siempre escapa:
tan rápida saliéndose del mapa
use ingenio, que desierto en Arizona

Roca que no cae, fe ciega fisgona,
bomba con retraso, red que no atrapa,
cañón desviado, la no hundida zapa,
muelle liante, fracaso ayuda peleona.

Mientras come señuelo y trampa en fallo
alguien negro tan lejos de su blanco
enriquece a la casa Acme sin desmayo.

Castigada salud en genio estanco
-de infortunios reo, de hambre vasallo-
más pensar profundo… abajo en barranco


Barbaridad del barbarismo

En discurso mayor golpe en sorpresa,
con jerga extraña mis orejas abro,
no merece equivalente el palabro,
no llega a tradición en traición pesa.

Te crees cultivado, en tierra inconfesa
surcos en estupor de frente labro,
con tu sed de lenguas en descalabro
ni usas la tuya ni sigue la inglesa.

Te atribuyes poder de gran secreto
y en mundo complejo bajar cabeza
rendido a armas de exótico amuleto.

Mal bache y traba, perdida llaneza:
por tus ancestros un nulo respeto,
por tus hijos un mucho de pereza.


Foto-Finish

Perenne absurdo, detenido gesto,
un ideal vacuo, la inútil fiereza,
una extraña y artificial belleza,
voz rota, lo que tumba ardid enhiesto.

Una historia con infiel palimpsesto,
corazón quieto, ojo cristal que empieza,
garra en borrada huella, huera cabeza,
la muerte con obsceno manifiesto.

En taxidermia luce escaparate
sin entrañas excesivo recuerdo,
con sombra inmóvil en terco debate.

Piel cual sudario de atleta ahora lerdo,
joven engaño, peligroso acicate
diciéndome de continuo cuánto pierdo. 


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