17 de marzo de 2009

Leonardo Guevara























para desmentirme o comprobarme, poética.


Construir una casa.

natural con lo poco que se tiene.

aquí todo es prestado y una poética no flota sino vive

y entra al pensamiento.

poética tienen los locos,

los que no utilizan palabras y con sus ojos te hacen temer a la escritura.


paranoico me volví escuchando revelaciones. lamer lo que queda, pulir. poética

tiene amaury y su saco dentro de 15 personajes.

dentro

un loco cuerdo sin cuerda que le encuerde el cuello. poética

es decir detrás de la imagen

isla que se ahoga.

y él con un saco de sobreviviendo las aguas. y él con un saco, jugando con el cuerpo del lenguaje,

cayendo poema sin sujeto.



digo para no decir

lo ordinario.

escribirlo es la meta, sucio, mal oliente, profano.

poética- tratado

narrativa donde existe la libertad del texto, no fronteras

aquí no hay más que captar cambios bruscos. un instante, no géneros.

(la poesía es lo único puro entre tanta arrogancia). arrogante ella

nace la persona poema y se construye .

draft- borrador.

lo mismo contaminando la lengua,

y en la falta de entendimiento

el género en esta época de travestismo.
una estructura inspirada por los franceses, el teatro de la conciencia.

alamar, iría toda escritura,

tanta proximidad a otros sujetos

tomaba el espacio. A La Mar

de allí partiría un alberto,

casado con su japonesa, no ido en balsa, no un militar de rango. poeta

con- verso para el ecobio

cansado de la harina y repugnancia
para elegir quien vería las flores de un poema.

3 de marzo de 2009

Joseph Brodsky























PRESEPIO


(24 de diciembre de 1991)


El Niño, María, José, los Reyes,
los pastores envueltos en las pieles,
animales, camellos, sus guías…
Todo convertido en figuritas de arcilla.
Sobre la nieve de algodón, rociada de purpurina,
arde la hoguera. Y apetece tocar con el dedo
el papel de plata de la estrella; con los cinco mejor
como entonces lo quiso el Niño de Belén.
Entonces en Belén todo era más grande; pero la arcilla,
con el baño de plata por encima
y el algodón esparcido alrededor,
gustaba hacer el papel de lo que había desaparecido.
Ahora eres más grande que todos ellos. Tú,
como un transeúnte a medianoche, desde inalcanzable altura,
te asomas a la ventana del cuartucho-,
y contemplas desde el espacio estas pequeñas figuras.
Allí la vida sigue igual, igual que unos disminuyen
con los siglos en su volumen,
y otros crecen –como ocurrió contigo- .
Allí luchan con copos de nieve las figuritas,
y la más pequeña prueba el pecho.
Y uno tiende a cerrar los ojos, o… a abreviar el trecho
que le separa de otra galaxia, donde tú desprendías
luz en un sórdido desierto –como en las arenas de Palestina.









24 DE DICIEMBRE DE 1989


Imagina, encendiendo una cerilla, aquella noche en la cueva:
utiliza para sentir el frío de las grietas del suelo;
para sentir el hambre, la vajilla apilada,
y el desierto… el desierto está en todas partes.
Imagina, encendiendo la cerilla, aquella medianoche en la cueva:
el fuego, las sombras de los animales o de las cosas,
e imagina, con tu cara confundida en los pliegues de la toalla,
a María, a José, y el hatillo con el niño.
Imagina a tres reyes, la procesión de sus caravanas
hacia el portal; o mejor, tres rayos que alcanzan
la estrella, el crujido de su carga, el sonido de las campanillas
(en el azul espeso, el Niño aún no cuenta
con el eco de una gran campana).
Imagina que el Señor en el Hijo del Hombre por vez primera
se reconoce a Sí mismo, a una distancia remota, en las tinieblas:
un vagabundo en otro vagabundo.

Gregoria Bollé

Cuba, 1965.







S/T




hay un río ascendente por mis piernas

puedo estar en otros rostros
aunque muchos no entiendan la razón

junto a esta puerta pierdo la voluntad
nadie sabe hasta dónde y me doblego

ato la escarcha donde gravita el infortunio

la memoria reposa

crecen flores en algún sitio
donde ha llovido entonces
y es como si la angustia aterida a mis manos
quisiera prolongarse en ese instante
que abruptamente pierde su espiral

Filiberto González

Cuba, 1969.





Del libro inédito Tierra de los padres







igual a


de atrás

muy de atrás

te roza



diferente a


el injerto de un gusano

por cada estaca

una fémina

se agotan por el uso

intensivo

fuertes mazos

de madera


igual a


Al partir

sin Sol ni Estado

en granos y Partes

Gwendolyn Brooks




















LA MADRE




Los abortos no dejan que tú olvides.
Recuerdas los niños que conseguías sin conseguirlo.
Las húmedas pulpillas de los de poco pelo,
Los cantantes y trabajadores que nunca tocaron el aire.
Nunca los dejaré ni les pegaré
O silencio o comprar con un dulce.
Nunca dejaran el dedo
Nunca dejaran de creer
En los fantasmas que venían.
Nunca dejaran que les controlen su grato suspiro,
Devuélvanle un bocado, con engullido ojo de madre.

He oído en las voces del viento las voces de mis débiles asesinados hijos.
Me alivié y me contraje
Mis borrosos amados en los senos que nunca succionaron.
He dicho, queridos, si pequé, si me apoderé de su suerte
Y sus vidas desde su inacabado alcance,
Si robé sus nacimientos y sus nombres,
Sus simples lágrimas de bebé y sus juegos,
Sus artificiales o hermosos amores, su desorden, sus bodas,
Sus dolores y sus muertes,
Si envenené el principio de su respiración,
Piensen que aún mi decisión no fue deliberada.
Pero por qué tengo que gemir,
Gemir, si el crimen fue de otro, no mío?—
Ya que de todos modos ustedes están muertos.
O más bien, nunca fueron hechos,
Por eso también tengo miedo,
Es defectuoso: oh, qué diré, cómo es la verdad cuando hay que decirla?
Nacieron, tuvieron un cuerpo, murieron.
Menos mal que nunca rieron, desearon ni lloraron.

Créanme, los amé a todos
Créanme, los conocí, aunque vagamente, y los amé,
Los amé a todos.




Traducción: Caridad Atencio

Antonio Armenteros














Profeta de consuelo


No sé explicarme el delta de esta mañana

pero se siente el fervor de los vencedores,

y observando mis débiles manos

los objetos yacen sobre ellas
sin facilidad / sin pasión

-hasta que se desprenden - ...


Mañana perderé a un amigo,

la ceguera de sus ojos me persigue.


...


Dimensiones

Dabamos vueltas sobre el disco mientras ella me succionaba

la tetilla - en círculos - expresando frases inabarcables.


Noto en vano como encajan las cosas en otras

- ajustadas y su rostro sin efecto -

aferrada a ese raro espesor de la tetilla con sus vueltas de lengua.

Expresando - sin frases -

ideales que no caían / cabían

en nuestra espìral diaria.


Nos ibamos desdibujando como si la estupidez

fuera otro estado del alma,

otra dimensión física.