Margaret Atwood
Al fin y al cabo
Al fin y al cabo, eres bastante
normal: dos brazos, dos piernas
una cabeza, un cuerpo
aceptable, dedos en los pies y en las manos, a veces
excéntrico, a veces sincero
pero no demasiadas veces, demasiados
aplazamientos y excusas pero
te adaptarás a todo, cumpliendo
con los plazos y con las otras
personas, fingiendo amar
a la mujer que no debes durante algún
tiempo, escuchando a tu cerebro
encogerse, tus diarios
extendiéndose mientras te haces mayor,
haciéndote mayor, por supuesto
morirás, pero aún no, sobrevivirás
incluso a mis ideas distorsionadas sobre ti
y no quiero hacer
nada para solucionarlo
tu desdicha y tu enfermedad
no estás enfermo ni eres desdichado
sólo estás vivo condenado a estarlo.
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