Ismael González Castañer
COMER DE UNA MANERA EMBRIONARIA
La placenta de la niña resultó
blanca: Puedes botarla, dijo el obstetra, ya no sirve para nada; todas las
placentas de este mundo, rojas, sirven para química, dile que te diga el
laboratorista: Es verdad, la roja es básica para antiforforas.
Pero, como en "El retrato
oval" (el pintor no sabía que trasponía al cuadro la sangre de la modelo
amada, muriendo ésta pronto dio - para "acabar" - la última
pincelada), tu hija la dejó blanca: no cumplimos el plan.
Por eso es que la niña hoy, no
quiere nada: comía de una forma embrionaria. Saciada precozmente en su pre-
natalidad, no quiere carne, y le teme, por demás, a los pellejos. Tiene ahora
nueve años y mira con mirar de lontananza, agazapada (como quien esperara matar
sin medida, volverse asesino, en la continuación de la película).
Con la placenta blanca, la mama
se ha hecho una "jaba", con la que a menudo viaja, acompañada por la
misma hija. Sin embargo, si la registras, no lleva nada: previsión de la mamá,
que augura, cómo un día, íntegra, la niña se la comerá.
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