Hugo Ball
Polichinela de mis noches
I
El sueño,
nuestro sueño, se ha apagado.
El ojo de
Dios con los párpados velados de seda roja se
estremece.
Las
persecuciones de los mandarines ya no nos asustan.
El asno y el
cordero habitan a nuestros pies en la cama
Y hablan a
su gusto como en Navidad en Belén.
El conde de
Agaz cabalga una tela de pizarra (¡oh Greco!)
El ala de un
ángel pende rosaroja de una nube.
Tú te
presentas con un tupé de gallo verde en los cabarets.
Tu frente de
niño es dócil ante mí.
Eres una
pequeña tela de púrpura.
Una aureola
de jóvenes leones rodea Tu cabeza.
Tus labios
son la ruedas dentadas de la vida.
Las sombras
de la misa roja comen en Tu mano.
Bubu de
Montparnasse y Jesús de Nazareth
Ven con
asombro las banderas de Tu fervor.
[Estrofas
tachadas]
II
Tensa de
roja sangre es la escena de la pieza, en la que Tú Te
encuentras.
Tú Te
santificas con 7 misas cotidianas.
Una arpista
de la talla de Juan Sebastián Bach es Tu opuesta.
Sobre un
poney pintado
Tú estás
echada, chinoiserie de barro, amarilla, tibia y
somnolienta.
5 criaditas
pizpiretas son tus compañeras de juego.
El hocico
negro de un gato se aplica en las manipulaciones vocales.
La semilla
de muerte cayendo de los cielos de marionetas Te cubre.
Un trazo rojo
divide tu rostro.
Atraviesa
oblicuamente tu boca delicada.
III
La
condescendencia de los parabrisas azules Te abanica con un soplo
consolador
En las
disonancias de la bestialidad.
Hombres con
senos azulvioleta bailan el cancán.
Demonios con
cabeza de caballo Te visitan.
Tus muslos
están tatuados con un áncora azul.
¡Oh
Polichinela de mis noches! ¡Pájaro delicado, cantando dulcemente
en el sueño!
Estamos
condenados a dormir 6000 años en el verdegay.
Una ola de
sangre chorrea en el estómago. El torrente
de Tu boca
aumenta, suena.
Las tejas
amarillas de Tu tupé son mi patria.
Y sin
embargo no he hecho más que reventar orfeones a golpe de
palmaditas.
Que
desacreditar a nuestros honestos amigos.
Tú eres un
vestido de seda azuloscuro, adornado con letras de
oro.
Tú eres la
nave de mi muerte, hecha de bambúes, de papel y
seda.
Como la luna
que transita
Por la gran
sala vamos,
Pues es en
esta casa donde habita
Completamente
florido el adolescente.
Sus flores
son azules, blancas y negras,
A la ventana
sentado
Contempla y
su mano de marfíl
Acaricia los
espíritus.
Tú eres
bella y yo soy prudente
Hasta la
madrugada.
Y dulcemente
sonríen tus dientes
En el mar de
las penas.
En la frente
un corazón que no arde
Rosaroja se
difumina.
De todas tus
penas, bella niña,
Veo brillar
las huellas.
De todos tus
amores el fardo,
Un claro
éxtasis.
De tus
heridas todos los males,
Un sereno
encantamiento.
Vayamos los
dos y atravesemos,
retozones,
todas las noches,
Llorando,
brillando al unísono,
En todas las
magias.
bfirr bfirr
onngog
rorr sss
doumpa
feïf dirri
rhou gaba
raour
ss
Traducción: Jorge Segovia y Violeta Beck
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