14 de agosto de 2008

Denise Levertov




















El último reportaje a Denise Levertov


Nacida en Essex, Inglaterra, en 1923, Denise Levertov se estableció en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial donde tomó contacto con la poesía norteamericana, a través de figuras como la de William Carlos Williams, Ezra Pound, y los poetas del llamado grupo de los Black Mountain, entre quienes se incluían Charles Olson, Robert Creeley y Robert Duncan; los últimos años de su vida los pasó en Seattle, en el estado de Washington, donde murió en diciembre de 1997. Levertov publicó traducciones, ensayos y más de veinte libros de poesía entre los cuales sobresalen Relearning the alphabet, Staying Alive y The Sorrow Dance. Fue editora de The Nation, dio clases en Stanford, en Brandeis y, en los años sesenta, fue una importante activista por la paz durante la Guerra de Vietnam. La entrevista que se reproduce a continuación se llevó a cabo a fines de octubre de 1997, en su casa de Seattle. Su entrevistador, Nicholas O’Connell, decía entonces que "Levertov aún conservaba ciertas modos británicos, un suave acento del inglés europeo, un tono humorístico y conspirativo y una preferencia por el té del tipo Earl Grey que sirvió durante la entrevista."

A través de este último reportaje a Denise Levertov puede verse el leve movimiento que la desenlaza de T.S. Eliot, la acerca a William Carlos Williams, al mismo tiempo que le permite considerar "estúpida" su famosa carretilla y autonomizarse, como lo hace su poesía, de cualquier fácil subordinación o angustia de las influencias. En un mismo plano de afinidades, también, debiera leerse su ensayo: "Sobre la forma orgánica" en relación con "El verso proyectivo" de Charles Olson. Pero la que habla aquí, sobre todo, es la voz de una poeta que devela con sencillez su escena de escritura cuando dice, por ejemplo: "Usted establece quién es y dónde está y luego mira hacia todo aquello que ve". (A.G.)

¿Cuándo comenzó a escribir poemas?

Cuando era muy pequeña

¿Por qué los escribió?

Tuve el impulso de hacerlo

¿Nunca se preguntó por qué?

No

¿Era algo bueno?

Era algo que mantenía en secreto. Desde muy temprana edad sabía que iba a escribir poesía. También pensé que iba a ser pintora y durante algunos años estudié ballet, pero cuando se encuentra la verdadera vocación muchas cosas se dejan de lado y queda la más importante.

¿Cómo aprendió su oficio de poeta?

Escribiendo y leyendo muchísimo

¿Tuvo maestros?

No, yo casi no asistí a la escuela sino que recibí lecciones de mi madre en mi casa. Nunca fui a la escuela, excepto cuando hice la escuela de ballet.

¿Cómo influyó esa circunstancia en su acercamiento a la poesía?

Pienso que fue algo beneficioso, fui afortunada en lo relativo a mis inclinaciones intelectuales. Nunca tuve que leer nada que no quisiese leer, ni escribir algo que no tuviese ganas de escribir. Por supuesto, recibí una educación culta y literaria. Me crié en una casa llena de libros donde todos leían y así pasaban las noches en la familia. Fue casi una niñez victoriana, aunque no éramos una familia inglesa. Mis padres habían vivido en muchos lugares y la gente que nos visitaba venía de todas partes de Europa. Mi padre era un judío jasídico y sus antecesores fueron muy creyentes. Se había convertido al cristianismo mientras iba a la universidad en Alemania. Cuando nací, se había establecido en Inglaterra y se había convertido en pastor anglicano. Era muy conocido como predicador y erudito, pero era mirado de soslayo porque si no se era de Oxford o de Cambridge no se sabía qué hacer con esa persona. De esa manera tuve la sensación de ser europea aunque adoro el campo de Inglaterra y la literatura inglesa.

¿Cuándo publicó por primera vez sus trabajos?

El primer poema que publiqué lo escribí cuando tenía dieciséis años. Mi primer libro La imagen doble (1946) fue escrito entre los diecisiete y los veintiún años. Apareció cuando yo tenía veintidós y se publicó en Inglaterra antes de que viniese aquí.

¿William Carlos Williams fue tempranamente una influencia importante para Ud.?

Cuando era una jovencita en Estados Unidos tratando de asirme a mi nueva situación en la vida, su influencia fue inmediata e imitativa. Puede verse en algunos de mis primeros poemas, allí es claro que están muy pegados. El era muy afectuoso conmigo y se sorprendía de que alguien que sabía de qué estaba hablando y que estaba escribiendo de una manera que él aprobaba, se hubiera ido de Inglaterra; él era bastante antibritánico.

Yo leí a Williams por primera vez en una librería en París. Mi ex marido y yo estábamos viviendo allí. Por aquel entonces comencé a leerlo y también a Stevens.

¿Qué encontró de atractivo en su obra?

Después de llegar aquí sufrí de un no diagnosticado shock cultural. El ritmo de la gente al caminar, el habla, todo era absolutamente diferente. Yo había estado llevando una vida de estudiante en París, alojada en pensiones o con parientes y sin vivir una vida regular de casada. Cuando llegué aquí rápidamente quedé embarazada; tuve que aprender a hacer las compras para la comida con poca plata y cosas como esa. Williams fue una puerta de entrada en mi crecimiento como poeta. El me abrió un nuevo camino en el manejo del lenguaje. Sus ensayos y sus ideas fueron importantes y me influyeron. Cuando llegué a conocerlo se convirtió en un amigo maravilloso.

¿Sentía de igual manera la influencia de T.S. Eliot?

Crecí con T.S. Eliot como una figura importante y comencé a leerlo a una edad precoz. Recibí su influencia por ósmosis. Luego lo vi como un poeta inglés del mismo modo que se ve a Henry James como un novelista inglés. Es increíble mirar hacia atrás. En esa época había diferentes ideas acerca de la literatura en Inglaterra y en Estados Unidos. Después de conocer la obra de Williams, dejé a Eliot; es como si él se derrumbase al final de cada verso. Sólo en los últimos años he sido capaz de apreciar a Eliot nuevamente.

¿Elige los temas de su poesía o ellos la eligen a Ud?

Hay muy poco estrictamente deliberado en cualquier cosa que yo haga

¿Se acercó deliberadamente al tema del Monte Rainer? (el entrevistador se refiere a poemas últimos de Levertov que se relacionan con el paisaje natural de Seattle)

No, vine a vivir aquí y allí estaba. He estado escribiendo poemas sobre él. Me hice la promesa de no profanarlo escalándolo. La gente debería parar de pisotearlo, dejando allí sus deshechos, necesitando instalar lugares de confort alrededor de la, así llamada "naturaleza salvaje". Deberían dejar que lo salvaje vuelva a ser salvaje.

¿Cómo comenzaron sus poemas en torno al monte Rainier?

Cuando salieron, yo podía verlo desde mi estudio y desde la ventana de mi cocina. Generalmente llevo papel y lápiz en mis bolsillos cuando voy al parque. A menudo algo comienza cuando estoy caminando por allí.

¿Una idea o un verso?

Un verso, a veces más de un verso. Otras veces un borrador entero.

¿Cómo retoma la revisión?

Depende. Podría observar que la puntuación no es la correcta o que el corte de verso no está muy bien, o puedo querer agregar o sustraer algo. Si se pasa en limpio un manuscrito, antes de pasarlo a máquina, ya se están haciendo cambios menores. Esta es una parte intuitiva del proceso creador que se elimina con el uso de la computadora. Con la computadora se obtiene una copia tan completa cuando se la mira que se cree que el poema está terminado. El procesador de palabras no lleva tanto tiempo como, en efecto ocurre, cuando se delinea cada letra con la mano, que está en el extremo del brazo, que está pegado al cuerpo. Es una cosa muy distinta, la gente no se da cuenta de que este proceso trabajoso es parte del proceso creador.

¿Examina conscientemente las imágenes cuando las está colocando juntas en un poema?

No. He estado escribiendo durante muchas décadas y hablando sobre el proceso de escritura; me siento casi obligada a decir: "Primero Ud. debe hacer esto, después aquello, luego volver atrás, después hacer aquello otro". Pero estas cosas coinciden sólo en parte y fluyen de manera distinta dentro de cada uno. Una se ve obligada a usar esa descripción lineal de un proceso que en verdad es mucho menos lineal, mucho más intuitivo y que da marcha atrás sobre sí mismo. Es sólo por comodidad que se habla de una secuencia de eventos discretos, porque en verdad no lo son.

¿Y acerca del sonido del poema? ¿Cómo lo trabaja?

Hay que tener buen oído, pero también hay que leer en voz alta aquello en lo que se está trabajando. Aunque se tenga buen oído hay ciertas torpezas que sólo se muestran cuando se habla en voz alta. En algún momento, hay que, por lo menos, murmurar para uno mismo. Cuando estoy escribiendo murmuro constantemente.

En el ensayo "Algunas notas sobre la forma orgánica" Ud. habla acerca de encontrar una forma que nazca de una experiencia ¿es eso lo que trata de hacer en cada poema?

Sí, se trata de descubrir estando atenta a la forma que emerge. Los críticos siempre hablan de una manera deliberada, como si los poetas escribieran con la misma metodología que se utiliza para escribir crítica. No se escribe poesía de la misma manera, ni ficción. Algunos poemas se hacen y no necesitan revisión, emergen de un aquí y ahora. Hay que reconocer que están completos y no hacer desarreglos con ellos. Pero esto ciertamente no sucede con todos los poemas. Sería un error suponer que todos los poemas tienen que pasar por muchas revisiones. Uno se ve obligado a desarrollar cierta confianza en el oficio si se lo ha estado haciendo durante algún tiempo.

¿Su énfasis sobre una dimensión metafísica de la poesía distingue su obra de la de William Carlos Williams?

Hay más de esa dimensión en su poesía de lo que muchos críticos y lectores han observado. Ellos se han trabado en esa condenada carretilla roja y en esas estúpidas ciruelas y nunca miraron nada más allá de eso.

En su ensayo "Algunas afinidades del contenido" Ud. habla acerca de cómo respondió a los objetivos de los poetas del Noroeste en cuanto a sumergirse ellos mismos dentro de algo más abarcador que el ego y la individualidad, en su caso, la naturaleza. ¿Intenta ese mismo acercamiento en su poesía?

Espero que sí. Estoy un poco cansada de la clase de poema del yo, del poema de Sharon Olds "Encuentra lo sucio y desentiérralo", el cual influyó en alguna gente para que encuentre episodios pavorosos en su vida, hayan sucedido o no. Antes cuando Robert Lowell y Anne Sexton eran los modelos para los neófitos, había que pasar algún tiempo en un hospital psiquiátrico para estar calificado como poeta. Ahora, si no se ha pasado por algún tipo de abuso o maltrato; sé muy bien que mucha gente ha sufrido maltratos verdaderamente, pero es desafortunado usar los abusos y el maltrato como pasaporte para ser un poeta. Estoy cansada de esa clase de egoísmo.

¿Ese deseo de sumergir el ego implica alguna clase de búsqueda espiritual, ya sea explícitamente religiosa o no?

Creo que sí ¿no lo cree Ud.? Está en el aire. Cuando comencé a escribir explícitamente poemas cristianos pensé que había perdido parte de mis lectores, pero no fue así. Pienso que el interés en la religión es una contrafuerza frente al optimismo racionalista insano que rodea el desarrollo de todas las nuevas tecnologías. Este optimismo es una repetición siglo veinte de actitudes del siglo diecinueve cuando se pensaba que la máquina a vapor, la electricidad y los teléfonos iban a producir algún tipo de utopía. Hay una enorme dependencia de la tecnología hoy y una ignorancia voluntaria que está malgastando recursos y que podría terminar destruyendo vida en el planeta; si así fuera tendríamos que comenzar otra vez sin ella. Nuestro desarrollo ético no se corresponde con nuestro desarrollo tecnológico. Creo que este sentido de hambre espiritual es parte de una contrafuerza o de una reacción inconsciente a la euforia tecnológica.

¿Su comprensión acerca de la inspiración poética ayudó a imaginar que ésta fuese semejante a tener una creencia religiosa?

Esa es una manera de verlo. Cuando se está verdaderamente capturado por la escritura de un poema puede convertirse en una forma de rezo. No soy muy buena rezando, pero lo que experimento cuando escribo un poema se encuentra cercano a la plegaria. Siento eso en grados diferentes y no con todos los poemas, pero en cierto modo escribir es una forma de plegaria.

¿Se asemeja la plegaria a la inspiración poética en que no se las puede forzar sino que simplemente se las debe esperar y tener esperanza en ellas?

Pero hay que enfocar la atención. Me sorprendió ver qué cercanos estaban los ejercicios de San Ignacio de Loyola a los de un poeta o un novelista imaginando una escena. Si se focaliza la atención en algún aspecto particular de la vida de Cristo, se trata de componer esa escena en la imaginación ubicándose uno mismo allí; por ejemplo si se trata de la Vía Dolorosa uno se pregunta ¿sos uno de los discípulos? ¿sos un transeúnte? ¿Sos un espectador al que le gusta mirar de costado, con ese modo que suele tener la gente de mirar y estar pendiente? Usted establece quién es y dónde está y luego mira hacia todo aquello que ve.


(Traducción: Alicia Genovese)






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Pensando en Paul Celan

de Esta gran inconsciencia: últimos poemas




" San Celan,
estirado en la cruz
de la supervivencia,

ruega por nosotros. Tú
que finalmente no pudiste
resistir más. Pero nosotros

vivimos y vivimos,
alegres en un mundo
donde los niños matan niños.

Nos sacudimos
del peso de
nuestra propia exención,

florecemos,
sobrepasamos
nuestros días asignados.

San Celan,
ruega por nosotros
por que recibamos

al menos una herida,
azul, azul, imborrable,
nosotros que aceptamos la supervivencia. "

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