Eugenio Montale
Las palabras
Las palabras
si despiertan
desprecian el hostal
más propicio, el papel
Fabriano, la tinta
china, la cartera
de cuero o terciopelo
que las mantenga ocultas;
las palabras
cuando despiertan
se acomodan al dorso
de las facturas, en los
márgenes
de los billetes de lotería
en las contribuciones
matrimoniales o de luto;
las palabras
no piden nada mejor
que el barullo de las
teclas
en la Olivetti portátil,
que la oscuridad de los bolsillitos
del chaleco, que el fondo
del cesto reducidas
a pelotas;
las palabras
no están nada felices
de las que echen como cabareteras
y las acojan con furiosos
aplausos
y deshonor;
las palabras
prefieren el sueño en la
botella
a la burla de ser leídas, vendidas,
embalsamadas, hibernadas;
las palabras
son de todos y en vano
se esconden en los
diccionarios
porque no falta el marrano
que desentierre las trufas
más apestosas y raras;
las palabras
después de una eterna
espera
renuncian a la esperanza
de ser pronunciadas
de una vez por todas
y después morir
con quien las ha poseído.
Traducción: Dolores Labarcena y Pedro
Marqués de Armas
2 comentarios:
Bien se me da el poema, amigos. gracias por presentárnoslo.
Abrazos
Gracias. Nos alegra igualmente que lo disfrutes.
Saludos.
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