Gerardo Deniz
Materia Prima
Detrás de esa
puerta
hacen con
Rúnika muebles y otros trebejos útiles.
Sacan ahora
un paragüero
todo
construido con ella (pues aun el humilde barniz
oscuro
se obtuvo
destilando en seco huesos y tendones).
Travesaños,
duelas, durmientes, tablas,
demás
paralelepípedos;
la sierra
mecánica atruena sin reposo.
Riñones como
hojas de geranio, verdes y pelusientas,
sirven para
agarrar las asas sin quemarse;
las tripas de
gato son para raquetas y suturas
quirúrgicas.
Ya sólo suena
su imprecación -futhark!- de tarde en
tarde,
más débil
cada vez,
cuando el
corte se desvía en exceso de la línea
(pues la
sierra mecánica atruena sin reposo).
Por la
rendija de la puerta veo barrer aserrín leonado
y siento una
pena sin límites.
Nunca contemplaré
la isla de Jan Mayen.
Ni me he de
envenenar en un templo de Poseidón.
Después de la
lluvia vespertina
iré pisando
buganvilias derribadas,
silbando
bajo, como un perfecto tonto,
llevando la
mitad de mi enamoramiento sujeta en el
bolsillo
tal como un
manco lleva su manga vacía, sí.
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