12 de octubre de 2013

Julio Mitjans





















Interrogantes/ Sucesiones

                                                                             para kalúa,  yudel, y al poeta


Dónde los palmares, los barcos sus maniobras hacia el puerto, y las gentes que iban sin remedio al muro. Hay un charco de sangre en la esquina alguien dijo es de pedro, fue un problema en la balanza del mercado, esa muerte dicen se llevó a los muchachos que jugaban dominó hasta tarde, quebró el negocio de comida rápida,  el sustento de los muchos, se esfumó el susto de unos negros haciendo la esquina en medio de la madrugada, a esta calle la llamaban luz pero  ha extraviado su camino hacia el mar, también bajaron las tarifas los avezados mulatos de la discreción, acaso los hombres ya no golpean a sus mujeres, desde cuándo esos hombres no regresan de la zafra.

Donde había desorden el silencio socava la vida ruidosa de los vecinos, y qué ha sucedido en la calle de los burdeles, solo queda una remembranza, un vaho que insiste en el tiempo. Y los viejitos que descansaban en el danzón, qué nos dejaron.

-nada, nada, no preguntes, tú, dónde andabas.

-vencía al miedo, tengo un oficio, busco una palabra que me acompañe; pero no me has dicho de las palmas, las palmas qué hicieron con su soledad que no las veo. 





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